EL VIAJE ALUCINÓGENO DE SIDONIE
por
Marc
Ros
Esta primavera, mientras Sidonie estábamos grabando
nuestro nuevo disco, El
fluido García,
en el Alt
Empordà (Girona), nos pusimos en contacto con una pareja de
amigos de Bruselas, que tiene casa en Cadaqués, a unos 45 minutos del estudio
de grabación. Los dos son miembros del MAPS, las siglas en inglés para la Asociación Multidisciplinar
de Estudios Psicodélicos. Se llaman Christelle y Remy, y son
unos hippies
de
unos sesenta años que han viajado por toda América Central en
busca de alucinógenos de origen vegetal.
Hablando con ellos descubrimos que
sus viajes,
no necesariamente geográficos, nos fascinaban. Y como las canciones
de nuestro nuevo disco son especialmente psicodélicas
y experimentales, ellos enseguida mostraron interés por
escucharlas. Les invitamos una tarde a una sesión de grabación y quedaron
encantados. Remy estaba feliz detrás de la mesa de sonido, con su cara
iluminada por las lucecitas de los indicadores. Incluso sugirió algunas cosas
realmente locas: como que nos
vendáramos los ojos mientras estábamos grabando o que
invitáramos a un grupo
de danzantes desnudos al estudio, para recuperar la función original
de la música como celebración comunal mística.
Después de la sesión cenamos con
Remy y Christelle, y allí fue cuando nos propusieron la locura:
realizar un experimento
con psilocibina (una
sustancia psicotrópica que se encuentra en unos hongos). El experimento
en cuestión se trataba de, primero, buscar un sitio tranquilo, a poder ser un
entorno natural. Y después,
tomar la sustancia y grabar nuestras experiencias en vídeo. De
nuestras acciones bajo los efectos de dicha droga encontraríamos, según ellos,
la inspiración para crear la portada, la escenografía, los videos y todo lo que
debe acompañar la música grabada. El Alt Empordà hubiera sido el entorno
perfecto para aquello, pero nuestros días de grabación estaban acabando y la
psilocibina no terminaba de llegar. Al fin, el último día de grabación se
presentó Christelle
al estudio, con dichas setas y una cámara de vídeo, pero
hacerlo aquel día ya no era posible. Nos quedaba mucho que grabar y debíamos
regresar aquella misma noche, sin falta, a Barcelona, ya que al día siguiente
teníamos que coger un vuelo a Galicia. Christelle se despidió dándonos las
setas y recordándonos, otra vez, que buscáramos el momento y el entorno
adecuado para tomárnoslas.
Unos días después fuimos a
Galicia, para actuar en el Festival Son Rias Baixas, en Bueu (Pontevedra). Y se
nos había metido en la cabeza grabar aquella noche un vídeo experimental de uno
de nuestros temas, El Bosque. En mitad de la actuación, queríamos pedir permiso al
público para poner la canción desde la mesa de sonido y así bajar del escenario
para poder mezclarnos y pasearnos entre sus cuerpos. No
sabíamos qué tipo de acción íbamos a hacer realmente. Sólo se trataba de grabar
aquella improvisación, ese era el objetivo. Después el plan seguía en un bosque
de eucaliptos que quedaba cerca del recinto, dónde queríamos realizar otras
curiosas performances.
No recuerdo quién, de los tres
miembros de Sidonie, tuvo la
brillante idea de probar la psilocibina aquella misma noche. Y
aún comprendo menos cómo se nos ocurrió ingerir
la droga justo antes de subir al escenario. Remy nos dijo que
los efectos se notaban al cabo de una hora, así que pensamos: "Bueno...
hasta que suban las setas tenemos
el tiempo justo para hacer el concierto e irnos rápidamente al bosque, donde
aprovecharemos todo los efectos alucinógenos para grabar el vídeo".
Y así fue, más o menos…
Al ver estas imágenes os daréis
cuenta de que algo
falló en nuestros cálculos. A la media hora de concierto, antes
incluso de bajar e interactuar con el público, ya nos había subido la droga.
Recuerdo cómo miraba a Jesús para comprobar si había exteriorizado los efectos
y, efectivamente, se le notaban. Hacía
unos movimientos de piernas que no reconocía en él. Me giré
luego para ver a Axel en la batería, y ahí estaba, "en el autobús"
(expresión que siginifica "colocón" en la novela Gaseosa de ácido
eléctrico, de Tom Wolfe), respondiéndome con una sonrisa que no le cabía en la cara.
Llegó el momento de bajar del
escenario y mezclarnos con el público, al ritmo de El bosque, pero ya
estábamos tan altos como los beduinos... Empezamos
a arrastrarnos por el suelo y a gatear entre las piernas del público,
como si estas fueran una arboleda en un bosque espeso. Jesús y yo intentamos
hacer el playback y se ve en las imágenes como teníamos serias
dificultades para seguir la letra. En ese momento no sufrimos
ninguna alucinación, pero la
euforia que sentíamos llegaba a ser amenazante. El resto del
concierto se desarrolló con normalidad, sin contar que yo, no se por qué, empecé a buscar por el
escenario a Bryan Ferry, pues escuchaba su voz haciendo los
coros todo el rato.
Las imágenes tomadas en el bosque
de Bueu [en Pontevedra, Galicia] plasman a los Sidonie en lo que se conoce como
el nivel 3 de
la experiencia psicodélica. Los efectos concretos fueron:
distorsiones visuales muy obvias, donde
todo se comienza a ver curvado; patrones caleidoscópicos o fractales
que se pueden visualizar en las paredes, paisajes o caras; y, cómo no, las alucinaciones con los ojos
cerrados que se hacen tridimensionales.
En resumen, este video que acompaña a El Bosque siempre será uno de los favoritos de nuestra carrera. Es un ejemplo de cinema verité, hecho con muy bajo presupuesto y, sin duda, el perfecto acompañamiento para nuestra canción. De momento no se han descrito efectos secundarios o flashbacks como consecuencia del pedo psicotrópico (sin contar que tuve una gripe la semana siguiente). A Christelle y Remy les ha encantado el resultado de nuestro experimento, es más: tienen pensado proyectar el vídeo en alguna conferencia del MAPS para estudiar la influencia de la psilocibina en el rock.
En resumen, este video que acompaña a El Bosque siempre será uno de los favoritos de nuestra carrera. Es un ejemplo de cinema verité, hecho con muy bajo presupuesto y, sin duda, el perfecto acompañamiento para nuestra canción. De momento no se han descrito efectos secundarios o flashbacks como consecuencia del pedo psicotrópico (sin contar que tuve una gripe la semana siguiente). A Christelle y Remy les ha encantado el resultado de nuestro experimento, es más: tienen pensado proyectar el vídeo en alguna conferencia del MAPS para estudiar la influencia de la psilocibina en el rock.
Queremos dar las gracias a la
gente que vino al concierto de Bueu por colaborar en aquella locura y demostrar
que los gallegos son más psicodélicos que Timothy Leary (el Antonio Escohotado
de Estados Unidos). Y a Zinqin (productora del vídeo) por organizar el caos y
estar a la altura, nunca mejor dicho, de aquellas circunstancias.
El resultado, este vídeo:
12 de octubre: Zaragoza (Interpeñas)
15 de octubre: Festival Vinalopop (Elche)
18 de octubre: Fnac Callao, Madrid
19 de octubre: Fnac Triangle, Barcelona
20 de octubre: Barcelona (Apolo, En Persona), con invitados
21 de octubre: Fnac Valencia
27 de octubre: Madrid (Café Teatro de Matadero) PRESENTACION PRENSA
24 de noviembre: Madrid (Circo Price, Heineken Music Selector) + MUCHO
21 de enero: Murcia (Auditorio)
3 de febrero: León (Studio 54)
4 de febrero: Ponferrada (La Vaca)
24 de marzo: Valladolid (Miguel Delibes)
No hay comentarios:
Publicar un comentario